La manzana jesuítica de la ciudad de Córdoba, que fue uno de los núcleos de la antigua provincia del Paraguay de la Compañía de Jesús.

comprende la universidad, la iglesia, la residencia de los padres jesuitas y el colegio Montserrat. Este conjunto y las cinco estancias jesuíticas de las sierras cordobesas albergan edificios religiosos y seculares ilustrativos de una experiencia religiosa, social y económica sin precedentes, que se llevó a cabo entre los siglos XVII y XVIII y duró más de 150 años.

El conjunto de 38 ha del Manzana Jesuítica y cinco de sus estancias (establecimientos agrícolas y manufactureros rurales) en la provincia de Córdoba, cerca del centro geográfico de Argentina, contiene edificios religiosos y seculares de los siglos XVII y XVIII que ilustran 150 años sin precedentes. Experimento religioso, social y económico de larga duración. El Manzana Jesuítica de la ciudad de Córdoba contiene los edificios centrales de la capital de la antigua Provincia Jesuita de Paraguay: la iglesia, la residencia de los sacerdotes jesuitas, la universidad y el Colegio Convictorio de Montserrat. Estancias de apoyo del Bloque- compuesto por Alta Gracia (ubicado a 36 km del Bloque), Santa Catalina (a 70 km del Bloque), Jesús María (a 48 km del Bloque), La Candelaria (a 220 km del Bloque) y Caroya (a 44 km del el Bloque) – cada uno incluía una iglesia o capilla, residencia de sacerdotes, ranchos para esclavos e indígenas, áreas de trabajo (campamentos, molinos, molinos batidores, etc.), sistemas hidráulicos (rompeolas, acequias, canales, etc.), cortijos y grandes extensiones de tierra para la cría de ganado.

La Manzana Jesuítica y Estancias de Córdoba es un ejemplo excepcional de un vasto sistema religioso, político, económico, legal y cultural. Asimismo, es una excelente ilustración de la fusión de las culturas europea y nativa americana, con las contribuciones añadidas de los trabajadores esclavos africanos, durante un período seminal en América del Sur. El conjunto es un ejemplo particular de organización territorial, un complemento económico entre asentamientos urbanos y rurales que permitió a la Compañía de Jesús perseguir sus objetivos educativos y misioneros.

El carácter sobresaliente de este conjunto queda ilustrado por la convergencia de dos tipologías: por un lado, el trazado del convento europeo, con iglesia principal, residencia y colegio en la ciudad; y por otro, los nuevos asentamientos rurales, donde la iglesia, la residencia y el puesto comercial se fusionan en un territorio productivo e interrelacionado. Este tipo de articulación, donde las distintas especializaciones productivas de cada estancia se apoyaron en la construcción de complejos sistemas hidráulicos, fue única en el contexto cultural americano.

Entre los logros sobresalientes del Bloque Jesuita y Estancias de Córdoba se encuentran el desarrollo de tecnologías basadas en recursos locales, tanto materiales como humanos, y el uso de los respectivos conocimientos de los participantes – la Orden religiosa y los trabajadores esclavos indígenas y africanos – todos de lo que resultó en una mezcla de expresiones arquitectónicas, tecnológicas y artísticas que reflejan influencias manieristas y barrocas adaptadas a la localidad.

La Manzana Jesuítica mantiene sus funciones religiosas, residenciales, educativas y culturales originales, mientras que las estancias continúan operando como centros culturales, de intercambio y de desarrollo regional, aunque han perdido considerablemente su carácter productivo. De las cinco estancias incluidos en la propiedad, dos (Santa Catalina y La Candelaria) mantienen su entorno rural original, otros dos (Caroya y Jesús María) permanecen en entornos semiurbanos y uno (Alta Gracia) se convierte en el centro de una estructura urbana.

FUENTE: UNESCO /ERI La

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